El candidato ideal debe cumplir con los estándares habituales para el puesto en cuestión, excelentes capacidades de comunicación, tener iniciativa propia, ser proactivo y ser capaz de priorizar las labores diarias según su orden de relevancia. Contar con la habilidad para hacerse cargo de sus responsabilidades y ser capaz de llevar su trabajo al día, y siempre haciéndolo en sintonía con los compañeros.