La persona trabajadora debe poner en práctica las funciones propias de su puesto de trabajo de una manera sostenible, protegiendo el medio ambiente y teniendo en cuenta los objetivos medioambientales de la empresa.
Comunicar cualquier estado de carácter permanente o transitorio que merme su capacidad para desarrollar las tareas encomendadas o para tomar decisiones con el nivel de seguridad requerido.